viernes, 27 de mayo de 2016

Marte, de Ridley Scott

Al principio parece un capítulo extendido de Bricomanía, cambiando al presentador por Matt Damon, eso sí. Pero luego ya se va asentando el asunto y el resto del reparto empieza a justificar su sueldo. Que sí, que con los años Jeff Daniels ha desarrollado gran habilidad en el gesto de torcer la boca y es algo que la gente lo agradece, pero yo soy el productor y tendría la mosca detrás de la oreja.

Lo bueno que tiene "Marte" es que se trata de una de esas películas que mientras las ves puedes dedicarte a otros temas sin que pase nada. Esto se agradece sobretodo si tienes tareas pendientes en casa. A mí me dio tiempo de ordenar un par de estanterías de libros y de prepararme la cena.

Hay que reconocer que los escenarios están muy bien y aunque uno de los modelitos marcianos del protagonista parece el traje de El Hombre Hormiga, se nota que hay la suficiente pasta invertida para que el diseño de producción resulte aparente. 

En uno de los momentos más angustiosos a Damon se le perfora el casco y lo pasas mal. Pero luego te alegras al comprobar que tenga tan a mano la cinta aislante, cosa que cuando tú estás en casa y la necesitas, nunca sabes dónde la has metido. Y sí, hay que reconocer que el personaje principal se desenvuelve a las mil maravillas en plan McGyver espacial y el hecho de que se pase casi toda la película interactuando consigo mismo, hace que Damon parezca mejor actor de lo que es, porque como no tiene a nadie al lado para compararse, da el pego. 

Sin duda, el momento cumbre de la historia está en el tramo final, ciertamente emotivo. Te viene a la mente "Salvar al Soldado Ryan", claro. Porque es un poco lo mismo, ¿no? Organizar una expedición de rescate por todo lo alto para traer de regreso a un tío con poco sentido de la orientación.  Que ésa es otra. Mucha emotividad, mucho abrazo, mucha alegría a nivel planetario, pero no puedes evitar que el tipo concienciado que se pasa el día arreglando el mundo a base de clicks en las redes sociales que hay en ti, se pregunte: "¿o sea que vale la pena invertir miles de millones de dólares en salvar a un puto jardinero en Marte en lugar de irte a África a dar de comer a los críos y arreglar el asunto del Hambre en la Tierra de una vez por todas?" Pero bueno, al fin y al cabo esto es Cine y no vamos a dejar que la vida real nos lo fastidie.

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